domingo, 8 de enero de 2012

Condenado

¿Qué le contestarían a un Padre quien durante su sermón les dice que se irán al infierno y no tienen salvación? En mi caso la respuesta es simple: Dígame algo que no sepa.

Durante la noche de velación del papá de J.J., alrededor de la 1 a.m., se apareció gritando un anciano "¿Quién solicitó un sacerdote?" como si estuviera vendiendo cerveza en el estadio. El supuesto sacerdote tenía pinta de haber sido sacado de algún sketch de Puro Loco pero con algunos cientos de años más. Me sigo preguntando por qué J.J. aceptó pagar 350 pesos para que diera una misa de cuerpo presente.

Como católico no ejerciente cuando tengo que estar presente en un acto religioso me limito a no participar en ninguno de los rituales. Por cuestiones del destino quedé justo enfrende de donde el padre puroloquense colocó su púlpito móvil y seguramente no le pareció ver que mientras el demandaba la participación de los ahí presentes yo no abría la boca ni para el Padre Nuestro. Y entonces llegó la hora del sermón.

Cuando uno está en un velorio lo que uno espera de un sacerdote es que éste ayude a la familia a encontrar consuelo a través de la oración y eso que llaman Dios, no que se dedique a decir que todos estamos condenados a arder en el infierno por no arrepentirnos de nuestros pecados y dedicarnos a darle "vuelo a la hilacha" (sic). No acostumbro dar limosna en ningún lado pero el sermón del padre me resultó tan divertido que le dí diez pesotes porque no hay nada que su servidor valore más que el buen humor.

Yo no pensé que el sermón estuviera dirigido a mi ya que en general no acostumbro tomar de forma personal las palabras de cualquier borracho pero la impresión general fue otra ya que al terminar la misa mi jefa (del trabajo, no mi mamá), que también es jefa de J.J., me mandó llamar. Por un momento pensé que me regañaría por haberme reído del padre cuando nos condenó a las llamas o cuando aventó el cesto de las limosnas (sí, pidió limosna a pesar de ya haber cobrado) pero no. La intención real de mi jefa era preguntarme qué había hecho para que el padre me regañara toda la misa.

Muchos de los presentes estaban ofendidos por el pésimo tacto del padre, cosa entendible porque es de muy mal gusto hablar del infierno cuando tienes un cadaver a tu izquierda. Algunos otros lo tomamos con filosofía y aprovechamos la situación para relajar el ambiente de funeral. Al final de cuentas nadie tuvo el valor de interrumpir al ensotanado o de decirle algo cuando se fue empujando su carrito que me dió la impresión de tener botanas dentro de él y que no debería sorprenderme si en 30 minutos el señor regresaba vestido de repartidor de Sabritas a vendernos refrigerios.

Finalmente sólo me quedó envidiar al padre por el excelente trabajo que tiene: Cobra alrededor de 500 pesos por una hora de trabajo (350 de base más propinas, cosa que yo gano por al menos 8 horas de morir lentamente bajo una lámpara flourescente), regaña a la gente como, cuando y donde quiere y como si eso no fuera suficiente en su trabajo está bien visto beber en horario laboral. Díganme si eso no es tener muy buenas prestaciones.

Ahora sólo me queda esperar que el infierno no sea como lo pintó Dante y se parezca más a esto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Jajajajaja!
Nadamás porque aquí no te puedo poner estrellitas Janus... si no... uy!

Ya en un tono más serio, es una pena que la gente "uniformada" suela tener un concepto tan rancio de lo que es respetar "la ley", el padrecito pensó en darte "una lección" nadamás porque su disfraz se lo permitía.
Eso si, que envidia ser un borracho tan bien pagado. Mediocre e imbécil, pero bien pagado.


Por cierto, gracias por llamarme rara.

Danny dijo...

Jajajaja. Eso te pasa por no seguir la corriente en las misas.


Creo que te equivocaste al poner el último enlace al infierno.

Manuel José dijo...

Verde, sí que es buena la profesión. El inconveniente de no casarse ni siquiera es tal.

Esta es la clase de información que deberían dar en orientación vocacional.

la mis dijo...

Tan asquerosamente predecible ese padrecito.

Janus dijo...

Dandelion: Cambio mi vida mediocre e imbécil de todos los días por una mediocre e imbécil pero bien pagada.

Danny: Me niego a seguir la corriente. Ya bastante hago con no decir en voz alta todo lo que pienso.

Manuel: ¿Inconveniente no casarse? Creo que es la única cosa sensata. Son libres de andar de libertinos. Y sí, si nos dijeran cuanto puede uno ganar en cada profesión más sus "prestaciones" seguro habría menos contadores e ingenieros industriales y más sacerdotes y policias judiciales.

La mis: Pero también asquerosamente divertido.